jueves, 29 de marzo de 2012

Bulimia: algo más que vanidad.

Es bien sabido que la bulimia nerviosa, hoy en día es uno de los padecimientos mas frecuentes de los famosos trastornos de la conducta alimentaria. Aquellas personas que padecen este tipo de trastorno tienen lapsos caracterizados por la existencia de episodios compulsivos de ingesta descontrolada (binge o atracón), donde se ha calculado que el aporte calórico puede llegar hasta valores de tres mil Kcal a diez mil Kcal en períodos muy cortos de tiempo. Junto a esto existe la conducta para eliminar los efectos de la ingesta calórica por medio de la auto-provocación del vómito, el uso de laxantes y diuréticos, las dietas restrictivas y el aumento de la actividad física.
Lo mas delicado de este trastorno es que la mayoría de las veces los síntomas físicos no logran detectarse fácilmente a tiempo por lo que se puede decir que es una enfermedad que puede ser silenciosa. Además de ser un trastorno que cada vez se presenta en edades mas tempranas, lo cual nos habla del riesgo tan grande que tienen de dañar su organismo.
Algunas señales de alerta que permiten identificar este padecimiento en los individuos que lo padecen son:


*Van al baño de manera regular inmediatamente después de las comidas.
*Realizan ejercicio de forma compulsiva.
*Consumen repentina y descontroladamente grandes cantidades de alimentos.
*Utilizan con frecuencia gran variedad de laxantes.
*Sus dientes se tornan amarillentos.


Un aspecto importante para su aparición y que se incluye dentro de las causas socioculturales de este padecimiento, es el hecho de que hoy en día el culto a la belleza y la perfección física se han convertido en los principales objetivos de la sociedad, así pues a través de los medios de comunicación se han impuesto modelos donde se muestra una extrema delgadez y por consecuencia los espectadores creen que este es uno de los medios que hoy en día existen para lograr el éxito social como personal, así como también para tener la aprobación de los demás.


Es muy importante tener en cuenta en el tratamiento de los trastornos de la conducta alimentaria, más que la ayuda de los especialistas es muy valioso el apoyo y amor que puedan brindarle al individuo su familia y los que lo rodean.


La comida es para vivir, no hay que vivir para comer.


E.L.N. Lorena Vázquez López


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